Todo aquel que ha tenido contacto con los ordenadores de 8 bit, Amstrad, Spectrum, MSX, recordará las cintas magnéticas, más conocidas por cintas de casete; donde, antes de que aparecieran los primeros ordenadores gravábamos música o programas de radio, con los ordenadores de 8 bit se les dio una nueva utilidad, guardar datos, que en la mayoría de los casos eran video juegos, por no decir en todos.
Estas cintas de casete cuando eran originales apenas tenían una duración de 10 o 15 minutos, y traían un solo programa o video juego, con suerte uno por cada cara, pero si las comprabas vírgenes, podían ser de 30 minutos o 45 minutos por cara, con lo que podías meter varios juegos en cada una de ellas, al cargar se oía ese típico sonido característico de los 8 bit, que en más de una ocasión con sólo oírlo ya sabias que el juego no iba a cargar ¡%&/($/&%()=! y había que rebobinar un poco y ver si cargaba y sino volver a empezar…, lo que suponía en ocasiones de 10 a 15 minutos de carga para jugar a un video juego, ahora parece increíble, cuando si el ordenador tarda en arrancar 1 minuto es toda una eternidad, y nos acordamos de la madre de mas de uno e incluso de dos.
Poco después aparecieron los primeros discos magnéticos, disquete, que eran una evolución de las cintas hacia un dispositivo más moderno, diseñado específicamente para almacenar datos de ordenadores, realmente los discos magnéticos existían desde hacía mucho más tiempo pero eran muy caros y solo para grandes ordenadores no para estos nuevos ordenadores para el gran público que eran de 8 bit. Los disquetes, no solo disminuían exponencialmente los tiempos de carga sino que además daban mucha más fiabilidad a la carga, si el disco estaba bien y había sido grabado correctamente el juego cargaba, nada de esperar a ver si cargaba o no. Pasando de 10 o 15 minutos a 1 o 2 minutos como mucho, fue un avance increíble.
Los primeros con los que tuve contacto fueron los del Amstrad CPC 6128, que tenían un tamaño de 3 pulgadas, en aquella época eran bastante caros, 500 pesetas por disco, 3€ para aquellos que no sepan de que les hablo, era un buen dinero, con una capacidad aceptable que permitían tener varios juegos en cada disco y también por supuesto con dos caras, algunos juegos llegaban a ocupar un disco entero, os podéis imaginar la calidad de semejante bicho si ocupaba todo un disquete, respecto a su capacidad era nada más y nada menos que 180 kB por cara, ahora apenas es nada pero entonces era impresionante.
Por aquella época había otro tipo de disco magnético “barato” que más tarde se hizo estándar, que fueron los de 3’5 pulgadas, estos se usaban en MSX y más tarde en los PCs, tenían una capacidad de 720 kB, en una sola cara y esa capacidad era estratosférica.
Poco después tuve mi primer contacto con un PC, un Amstrad PC1512 y con él, mi único contacto con disquetes de 5’25 pulgadas, negros grandísimos y flexibles, mucho menos robustos que los de 3“ y los de 3’5 “, y una capacidad de 1’2 MB eso si que impresionaba, pero generalmente eran de uso profesional y al estar menos protegido era muy fácil que se rompieran y dejaran de leer. Aunque no se por qué tenían cierto encanto.
Más tarde, ya en al era PC, el disquete de 3’5” se convirtió en el rey, un estándar, alcanzando una capacidad de almacenamiento de 1’44 MB, algo verdaderamente increíble, en cada disco cabía un mundo, al menso durante unos meses fue si.
Pero poco a poco esta capacidad se fue quedando pequeña y no era nada raro ver juegos o programas que ocupaban 1, 2 o más disquetes, hasta 10 disquetes en algunos casos.
Esto hacia que se acumularán decenas si no cientos de disquetes, que además de caro ocasionaba problemas de espacio; algo se soluciono, al aparecer los formatos de compresión, ZIP y RAR, pero no demasiado , seguíamos acumulando decenas de disquetes.
Y así estando ya en la facultad, llego el CD, ¡por dios! eso si era impresionante, 600 MB en un solo disco óptico, disco compacto, en esa época solo los conocíamos por usarse para la música, los compact disc, como paso con los antiguos casetes, una vez mas algo que se usaba para contener música se usaba en la informática.
Además de revolucionario en la capacidad lo era en la forma de almacenarse, ya que se pasaba de un formato basado en lecturas magnéticas u otro basado en lecturas ópticas, que daba más fiabilidad a las copias, para romper un CD había que rayarlo a conciencia no bastaba con pasar un simple imán.
El problema con esto era el precio, una unidad lectora costaba unas 100.000 pesetas unos 600€, que era un buen dinero y solo servía para leer el CD a una velocidad ridícula ahora; una grabadora ya se salía de escala, eran prohibitivas, aun así había gente que la tenia y hacia negocio con ella, así que cuando un amigo se compro un lector de CDs, va por ti Paco, y encontramos a alguien que tenía una grabadora, nos reunimos unos 10 amigos, recolectamos todo lo que teníamos para llenar un CD, decenas de discos y lo mandamos grabar.
Así había uno que tenía el CD y cuando querías algo llevabas los discos y el te lo grababa en disquetes, no era mala solución ahorraba espacio y dinero, un poco engorroso, sobre todo para el pobre Paco, pero era lo que había, el primero si no recuerdo mal nos costó unas 20.000 pesetas, 120 € por un CD.
Esto duro poco ya que en un par de años el CD se extendió, las lectoras se hicieron más baratas, mucho más baratas, al igual que las grabadoras, los CDs tenían precios ridículos, pasamos de comprar los CDs uno a uno, a tarrinas de 25 CDs y después de 50 Cds, y claro se empezaron a acumular los CDs y ya no solo de programas y juegos, sino de música en mp3 formato novedoso en la época y algo mas tarde de películas. Lo que hizo que se acumularán centenas de CDs.
Una vez más se repite la historia y aparece el DvD, uff un disco donde caben 7 u 8 CDs, 4’5 Gigabytes, ¡GUAU! eso suponía reducir a mas de la mitad el volumen de CDs acumulados, pero otra vez ocurrió lo mismo que con los CDs, los DvD eran muy caros, las lectoras igual y las grabadora los mismo, aunque en esta ocasión fue todo mucho más rápido y se extendió el formato más rápidamente.
Pero no deja de ser un engorro el tener DvD acumulados así que comenzó la época de los HD discos duros de gran capacidad, al principio eran de unos pocos megas y poco a poco pasaron a tener decenas de Gigas y más tarde centenas de gigas, llegando a la actualidad hablamos de Terabytes, sin plantearnos lo que significa.
Paralelamente el disquete de 3’5”,que resistió como un jabato al ser muy transportable, barato y fiable, hubo una época en la que convivieron a la perfección disquetes, DvDs, CDs y HD, a los pocos años aparecieron los dispositivos de almacenamiento por USB, las llaves USB, estas aumentaron su capacidad exponencialmente y de la misma forma bajaron el precio, pasando de unos 256 MB, a 32 Gigas en unos 5 años.
Quien iba a imaginar que podrías llevar en el llavero, un cacharrito de un par de centímetros que contenía todas tus fotos del último viaje, varias decenas de documentos y las discografías completas de Bon Jovi y Queen… y cada vez son mas pequeños y con mas capacidad.
Para terminar la ultima moda es el almacenamiento en “la nube”, ya no tienes ni que tener en tu casa, los discos duros, HD, esta todo en internet, aunque podéis llamarme clásico o quizas es un síntoma de que me hago mayor, a mi eso no me convence, me gusta tener en casa el disco duro que internet me da confianza pero la justa y aprecio demasiado mi series.
Que nos deparará el futuro eso no lo sabemos pero si sabemos ya que … “Hoy las ciencias adelantan que es una barbaridad”, como decían en la Verbena de la Paloma, zarzuela muy conocida. O no.
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